Ana Pérez. Terapeuta Gestalt y Especialista en Coaching de Relaciones (Singles y Parejas)
Hemos escuchado muchas veces que hay que besar antes muchas ranas hasta que, finalmente, una se convertirá en el amor verdadero. La culpa de esta idea, bastante asquerosa y que la mayoría considera cierta, está en el cuento de hadas "El Príncipe Rana", de los hermanos Grimm.
Este cuento va de una princesa que tiene una preciosa pelota de oro, un día está jugando al lado de una charca y la pelota se hunde. Aparece entonces una rana y le dice que recuperará su pelota, a cambio de que la princesa se lleve a la rana a su castillo y le permita comer con ella, sentarse a su mesa y dormir en su cama. La princesa acepta, pero cuando recupera la pelota se olvida de su promesa. La rana, persistente, acude al castillo de la princesa para exigir que se cumpla lo prometido. Le cuenta la historia al rey y éste obliga a la princesa a cumplir su palabra. Al final de la historia la princesa cena con la rana y no tiene más remedio que invitarla a su habitación...
En la versión escrita por los hermanos Grimm la princesa se rebela frente la idea de dormir con la rana, la estampa contra la pared y con el golpe se convierte en un guapo príncipe. En la historia narrada de forma oral, la princesa sí besa al príncipe, aunque los hermanos Grimm la censuraron para crear una historia más aceptable en el XIX, escogiendo la violencia en vez del erotismo.
Hay una explicación científica para que una rana se convierta en príncipe y es que en la piel de algunos anfibios existe una sustancia llamada bufotenina "capaz de causar alucinaciones, ilusiones de vuelo, visiones de colores, luces y formas si el animal es besado o chupado". Los efectos de besar una rana pueden ser, por tanto, iguales a los de tomar LSD. Dado que no es lo mismo ligar y divertirse que encontrar pareja estable, si lo que realmente deseas es evitar alucinaciones y encontrar la persona adecuada para compartir tu vida, hay ciertas actitudes y comportamientos que deberías evitar.
Por ejemplo, confundir sexo con amor. Y es que tendemos a sobrevalorar la "química", la atracción sexual. Además, los mitos románticos nos han hecho creer que el enamoramiento es algo que no podemos controlar. Es mejor ir despacio y comprobar si persona posee las cualidades que estás buscando, y si sois compatibles en valores, forma de vida, estilo afectivo y sexualidad. El amor verdadero no surge de la nada, como todo lo bueno, se construye poco a poco.
Un segundo error es querer ir muy deprisa y mostrar demasiado interés, lo que tiene muchas desventajas y ninguna ventaja porque asusta a la potencial pareja. A muchos no les gusta que los agobien a base de llamadas telefónicas y mensajes de todo tipo. Además este interés excesivo te revela como una persona necesitada y poco interesante.
Un tercer desliz es intentar agradar a toda costa. Hay personas que se esfuerzan tanto en gustar que renuncian a sus propios deseos y necesidades para satisfacer al otro. Esto es un fracaso garantizado porque las relaciones sólo funcionan cuando la compatibilidad es real y nunca fingida.
Tampoco conviene estar a la defensiva: hay personas que se sienten abandonadas o heridas en anteriores relaciones y suelen adoptar, de forma inconsciente, una actitud de negatividad que hace que las potenciales parejas se alejen. Si tienes temor a la intimidad, acude un profesional para que te ayude.
Otra equivocación es rechazar precipitadamente sólo por el aspecto físico. Aunque a veces la "química" entre dos personas es instantánea, en muchas ocasiones no, y puede tardar algún tiempo en aparecer. Si alguien tiene potencial puede valer la pena conocerle mejor. Muchas parejas se han formado a partir de una amistad que se convirtió en amor.
Por último, no intentes cambiar a la potencial pareja ni te empeñes con quien no te conviene. Si la persona, a pesar de tener la mayoría de cualidades que buscas, tiene algún defecto que consideras inaceptable, y él o ella no está dispuesta a cambiar, es mejor terminar la relación. No vale la pena alargar el sufrimiento ni negarte la posibilidad de encontrar a alguien más apropiado y con quien sí podrías ser feliz. Tampoco pierdas el tiempo con alguien que te gusta pero que solamente te quiere para pasar el rato.
Todos tenemos el mismo anhelo del alma: ser amados. El amor es nuestro mayor alimento; cuando nacemos, si no recibiéramos amor, no podríamos sobrevivir. Pero a veces buscamos el amor en lugares o desde paradigmas equivocados. Las relaciones de pareja son la fuente de nuestras mayores dichas y también de nuestros mayores sufrimientos. Por lo tanto, es urgente y prioritario que nos ocupemos de entenderlas, atenderlas y mejorarlas. Para ello necesitaremos sanar y mejorar aspectos nuestros personales y adquirir nuevas habilidades. Nada merece tanto la pena y nuestra inversión como este aspecto de nuestra vida, ya que de él depende nuestra felicidad, nuestra salud e, incluso, nuestra abundancia.
El amor de pareja sí está a tu alcance, ¿o vas a seguir besando ranas?
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El sábado 6 de febrero del 2016 Ana Pérez facilitará el taller de medio día "Cambia tu software del amor". Un encuentro teórico y experiencial enfocado en cambiar las creencias que te impiden tener una relación de pareja de éxito. Más información en www.epopteia.es 615 856 360, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.