Carla Iglesias. Aqua Aura
Después de casi tres años escribiendo artículos sobre el mundo de los minerales, me pregunto qué temas son los que más interesan o no se han mencionado anteriormente. Como en Aqua Aura una vez al año, en la ciudad de Valencia, organizamos ciclos de formación en gemoterapia, y también para los alumnos que lo deseen continuamos para profundizar en temas relacionados con dichos cursos, consulté sobre qué les gustaría conocer aún más o sobre qué asuntos consideraban que no hay apenas información. La respuesta fue abrumadora, así que con una gran satisfacción recopilé el siguiente material sobre la compatibilidad mineral.
Al haber muchas piedras que son buenas para diversos fines, tendemos a "quererlo todo"... y por eso cometemos el error de combinar equivocadamente algunas energías.
Por ejemplo, en la tienda solemos usar una frase muy gráfica cuando un cliente pregunta si puede combinar una piedra roja (granate, rubí, jaspe) con una amatista. Solemos responder que esa composición es similar a "tomar una valeriana con una taza de café". Nuestro cuerpo recibe dos estímulos diferentes y no sabe qué hacer.
Es algo similar a cuando mezclamos colores a la hora de pintar: después del cuarto o quinto color obtenemos un marrón bastante feo, y por más que intentemos arreglar ese tono, ya no se puede corregir.
Como en el mundo mineral hablamos de colores fríos (azules, morados) o cálidos (rojos, naranjas), la primera norma a seguir es no combinar colores morados con naranjas. Las piedras rojas o naranjas tienen una energía de fuerza, ánimo, vitalidad y movimiento, mientras que las piedras moradas o lilas o azules transmiten una energía apaciguadora, de calma y relajación.
Normalmente hay piedras que queremos llevarlas encima, ya sean solas en bruto o pulidas, como pulseras y colgantes. Esas piedras suelen ser, por ejemplo, de protección (color negro), como la turmalina negra, él ónix o el sungit (las obsidianas no). Las piedras protectoras son compatibles con todas las demás.
También hay quienes quieren llevar, además, cuarzos transparentes, que son potenciadores de nuestra energía positiva, aumentan nuestra vibración y además potencian todas las demás piedras que llevemos.
Hasta aquí no hay problema alguno, tampoco contraindicaciones, si añadiéramos piedras sanadoras (verdes), como turmalinas verdes, malaquitas, cuarzos verdes, fluoritas verdes (esmeraldas no). Muy bien, ya llevamos mezclados tres tipos de piedras, ahora viene lo complicado si deseamos añadir otra piedra más.
Podemos elegir una piedra solar o lunar, es decir, cálida o fría, pero ya no incluir ninguna más.
Otro factor a tener en cuenta es qué llevar en la cabeza, como unos pendientes. Lo ideal es que combinemos minerales compatibles con la energía que queremos para nuestra mente. Si estoy estudiando, amatista o fluorita; si trabajo en un hospital, unas bolitas negras de ónix, muy protectoras, o si tengo que hablar en público, unas buenas turquesas, que potenciarán mi energía comunicativa. En el caso de mujeres que quieran equilibrar sus hormonas con piedra luna, esta es compatible con todas las piedras de colores azules o morados (amatistas, zafiros azules, cuarzos rosas) e incluso todas las verdes curativas.
Parece complicado, pero realmente si sentimos de verdad la energía de la piedra y su vibración, nuestra misma intuición nos guiará.
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